lunes, 29 de marzo de 2010

FELICES PASCUAS PARA TODAS






miércoles, 3 de marzo de 2010

URUGUAY
Tenemos Nuevo Presidente

Mujica asumió la presidencia uruguaya. No se anudo corbata al cuello. Pero sí concedió un pañuelito blanco en el bolsillo de su traje oscuro A contrapelo de los más altisonantes vaticinios, cumplió el protocolo con puntualidad inglesa. Algo nervioso, olvidó el celular en su chacra. Y debió volver a buscarlo. Pero pasadas a las 14 horas, juró como nuevo presidente del Uruguay, y fue centro de todas las miradas del continente y buena parte del globo. Preso en duras condiciones antes y durante la dictadura que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985, ex guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y fundador del Movimiento de Participación Popular (MPP), José Alberto Mujica Cordano, de 75 años, ya es un símbolo de la larga transición hacia la democracia en este pequeño país del sur de América.


Uno de sus biógrafos, el escritor y periodista Miguel Campodónico, señala tres de sus principales rasgos: su obsesivo apego a la tierra, su modo “blanco y anarquista” -en clave política uruguaya- de ver la historia local y su austeridad extrema, puritana. Las tres cosas estuvieron presentes en el discurso que pronunció ante la Asamblea General, que curiosamente presidió su esposa, la senadora Lucía Topolansky. Juró junto al vicepresidente Danilo Astori y tras un beso de su mujer, Mujica leyó un texto ponderado por todos, hizo una profunda reflexión sobre el arte de la política como arma de transformación, y realizó un exhaustivo llamado al consenso nacional para lograr políticas de Estado a largo plazo. Concretamente, habló de “acá a 30 años”.

Al salir del Palacio Legislativo, flanqueado por Blandengues, una caravana popular lo siguió hasta la Plaza Independencia. Viajó un tramo en un auto eléctrico y otro a pie, de la mano de Lucía, como cualquier pareja de gente madura caminando por una calle montevideana, como detrás lo hacían Astori y su propia esposa, saludando a la alegría presente. Ya en la Plaza, donde el presidente saliente le entregaría la banda presidencial, Tabaré Vázquez y José Mujica se sentaron frente a un escritorio subido al estrado, en dos grandes sillones de madera tallada y pana roja. De arriba, los vigilaba la estatua de Artigas. Por primera vez en la historia uruguaya, un presidente de izquierda traspasaba el mando a otro de su mismo partido político, el Frente Amplio. Ambos hicieron silencio por unos minutos. Pero enseguida comentaron la emoción que vivían. Los delató un micrófono mal abierto.

Redacción, Boletín Somos Mercosur

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